TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

El tratamiento con fármacos es la base del tratamiento para la artritis reumatoide y enfermedades afines. Algunos pacientes tienen más miedo a los efectos secundarios de los fármacos tradicionales que a la propia enfermedad, pero la verdad es que los fármacos usados de modo adecuado son nuestros grandes aliados para evitar el daño de las articulaciones y la pérdida de la función irreversible.

El tipo y la intensidad de los fármacos usados dependerán, entre otros aspectos, de la severidad de la artritis, por ello la medicación varía de un paciente a otro.

Los principales tipos de fármacos usados para tratar la artritis son los analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos, corticoides y los fármacos modificadores de la enfermedad. Los cuatro primeros actúan sobre los síntomas, pero los últimos actúan sobre la propia enfermedad.

- Los analgésicos, alivian el dolor.
- Los antiinflamatorios no esteroideos, AINEs, alivian el dolor y reducen la inflamación, pero han de tomarse a dosis elevadas y de modo regular.
- Los corticoides alivian rápidamente el dolor, inflamación y rigidez, y pueden administrarse inyectados directamente en la articulación (infiltración).
- Los fármacos modificadores de la enfermedad, FAMEs, frenan el aumento de actividad del sistema inmune y/o inflamatorio, controlando así el proceso de la enfermedad a largo plazo.
- Los FAMEs de última generación son los fármacos biológicos, que son proteínas producidas por bioingeniería que actúan sobre el proceso inflamatorio, modificando la evolución de la enfermedad y haciendo más lento el progreso del daño articular.


Fuente: "El libro de la Artritis Reumatoide" Dr. Bonifacio Álvarez Lario, Reumatólogo